Una noche de terror de una mujer con un famoso personaje de Yopal

Una noche de terror, amenazas veladas, abuso sexual, armas, consumo forzado de marihuana, ‘perica’ y retención en contra de su voluntad, dice haber vivido una mujer en Yopal el pasado viernes, en la madrugada. El responsable, según ella, un poderoso y famoso personaje de esta ciudad.
Para efectos de esta historia y en aras de proteger la identidad de la mujer la vamos a llamar Maritza. Ella, bastante atemorizada y angustiada por lo que le pueda sucederle a sus hijos, narra que a las dos de la mañana cerró el bar del que es propietaria, se fue con un amigo a hablar y luego de despedirse de él se fue caminando a su casa y faltando dos cuadras para llegar, una camioneta la cerró y ella se asustó, pero en seguida se dio cuenta que la persona que iba en el vehículo es ampliamente reconocida en Yopal y se tranquilizó. Aunque no lo conocía personalmente sí sabía quién era y lo admiraba porque él había ayudado a un sobrino. Él estaba acompañado por el conductor.
El hombre, de aspecto jovial y locuaz, le preguntó que para dónde iba y ella le respondió que para la casa. Se ofreció llevarla en el carro; Maritza le dijo que no había necesidad, que ya iba a llegar a la casa pero él insistió en varias oportunidades y al final ella decidió subirse al vehículo; sin embargo al pasar por su residencia el conductor no se detuvo y el personaje le dijo que lo acompañara a comer y tomar algo. Se desplazaron a un sitio de comidas en el centro de Yopal y mientras ellos hicieron la compra, Maritza se quedó en la camioneta. Al regresar llegaron con unas cervezas. Ella aceptó, algo intimidada, a tomar un poco del licor que le ofreció el hombre. La mujer siguió insistiendo en que la llevaran a la casa pero los individuos hicieron caso omiso a sus requerimientos.
Cada vez más miedosa de lo que podía sucederle, Maritza les dijo que tenía ganas de hacer chichi y pidió que pararan el vehículo. Él hombre accedió y ella se bajó del carro, simuló orinar, y luego se retiró unos metros hacia un sector donde vive una familiar de ella, pero la alcanzaron, le cerraron el paso y la convencieron una vez más de que se subiera con el argumento de que era peligroso estar en la calle porque algunos ‘venecos’ la podrían violar.
En ese momento ella comenzó a sentirse desubicada pero recuerda que se fueron hacia la Marginal del Llano y luego a un edificio al que ingresaron. Maritza volvió a insistir en que se quería ir para su vivienda pero no fue escuchada. El conductor y escolta, le dijo que hablara con el jefe, porque él era el que daba las órdenes. Maritza ingresó al cuarto donde estaba el sujeto y, recuerda, fragmentariamente, que este le dio una pistola y le dijo que si quería se la enseñaba a usar; ella tomó el arma y la accionó pero se dio cuenta que estaba descargada; él se burló y le dijo que cómo creía que le iba a dar un arma cargada.
Maritza recuerda que se salió de la habitación y le ofrecieron comida pero ella no quiso comer nada. Fue al baño y el conductor la siguió, no la dejaba sola en ningún instante, recuerda. En el baño intentó comunicarse vía celular con varias personas pero ninguna le contestó. Volvió a la habitación del tipo y le reiteró que quería irse, frente a lo cual él le dijo que si le hacía sexo oral se podía ir.
En la mañana, no sabe a qué horas, se despertó y se vio desnuda y al buscar su celular lo encontró averiado. Allí vio una muchacha morena de cabello rojo. En medio de sus lagunas le llegan recuerdos de que el sujeto que la tuvo cautiva le ordenó que tuviera relaciones con la otra mujer y que la intimidó para que consumiera marihuana y ‘perica’. Incluso viene a su mente que esta última sustancia estaba esparcida en el cuerpo de la pelirroja.
Luego de soportar toda esta pesadilla logró prender el celular y entabló comunicación con un hijo al que le pidió ayuda diciéndole que el hombre la tenía retenida y que hablara con una tía para que fuera a socorrerla.
Mientras eso sucede y luego de la enésima suplica para que la dejaran ir, el sujeto ordenó su salida del apartamento. Cuando ella pensó que iba a quedar libre, el conductor en vez de dejarla salir, reforzó el cerrojo y ella temerosa le preguntó que por qué no la dejaba salir a lo cual él le dijo, amenazante, que solo cuando tuviera relaciones con él también. Parte de esto último quedó grabado en un estado de whatsapp que la hermana utilizó para convocar a la policía y a agentes del CTI.
Maritza volvió a la habitación donde estaba el personaje teniendo relaciones con la otra mujer y le rogó que la dejara libre, explicando que el conductor le impedía irse. Con palabras soeces el jefe dio la orden de liberarla y cuando por fin consiguió salir del sitio, hacia las 11 de la mañana, ya su hermana estaba con unos policías esperándola y fue llevada al Caivas de la Fiscalía a poner la denuncia. Seguidamente la llevaron al Hospital Regional de la Orinoquia para la realización de los exámenes legistas que determinaran su estado; allí les dijeron que debían trasladarla al Instituto de Medicina Legal, donde permaneció varias horas para que hacia las siete de la noche procedieran. Se espera que los resultados sean dados a conocer rápidamente.
Posteriormente volvió al Caivas donde denunció que fue retenida contra su voluntad, fue obligada a tener sexo con el personaje en cuestión y con una mujer; narró que se sintió amenazada todo el tiempo que estuvo en el apartamento ya que allí además del hombre y el conductor, había otro tercer hombre, había armas y drogas.
Luego de todo esto Maritza solo quiere que a sus hijos no les vaya a ocurrir nada y teme enfrentarse con el famoso hombre al que ella le atribuye mucho poder y será su palabra contra la de él.
Mientras duró el periplo de la mujer por las diferentes dependencias donde debían tomar sus declaraciones y hacerle los exámenes legistas necesarios, dos policías llegaron al céntrico sitio hacia las 12 y 30 del día, golpearon la puerta insistentemente para que les abrieran, y luego de casi una hora un hombre abrió y visiblemente enojado pidió explicaciones de qué era lo qué estaba pasando, la policía informó que había una denuncia de una mujer sobre una retención indebida y abuso. El hombre cerró la puerta y luego bajo en compañía de otro hombre, -el supuesto personaje- al que se le vio el rostro descompuesto, preguntando qué estaba sucediendo y convocó a varios policías a ingresar. Ellos se negaron.
Al sitio llegaron más patrullas con policías y al poco tiempo llegó un abogado del hombre. Hacia las 2:30 de la tarde aproximadamente llegó una agente del CTI y pidió ingresar al edificio para hacer una inspección, aclarando que no se trataba de un allanamiento. El abogado autorizó el ingreso y unos 30 minutos después la funcionaria del CTI salió y se marchó. Unos agentes de policía informaron que no se encontró nada irregular en el sitio y procedieron a retirarse del lugar.
Por lo pronto la denuncia fue interpuesta y se espera la acción de las autoridades para esclarecer este hecho que involucra a una persona, que ha sido ampliamente cuestionada por constantes escándalos.
De acuerdo con un abogado consultado por este portal, el hombre podría ser imputado bajo el delito de acceso carnal abusivo con persona incapaz de resistir, si se logra comprobar que los hechos denunciados son ciertos.