Adivina, adivinador… ¿Quién es el personaje?
Por César Colmenares
Yo acá pensando en un personaje muy pintoresco y folclórico, que se presentaba como un empresario y en 2015 se lanzó a la alcaldía de un municipio, capital de departamento en el oriente del país.
Ese empresario daba entonces el salto a la política, prometiendo acabar con la corrupción y la clase politiquera, y arropar a los pobres, como bandera principal de su cruzada. Al final de todo el cuento, terminó en lío judicial y un pie en la cárcel. Resultó ser un bandido.
Deslenguado para hablar, se presentaba como un gran constructor de urbanizaciones, y vendía lotes que compraba, diga usted a 10 mil pesos, para vendérselos a la “gentecita” financiados directamente con plazos de 15 años, al final de los cuales terminarían pagando, diga usted, unos 40 millones de pesos. Una máquina perfecta de hacer plata a través de los pobres.
Compraba barato los terrenos porque estaban fuera del POT, asunto que decía después legalizarían.
Y, pues bien, quién dijo miedo. Para asegurar más votos de los pobres, en campaña mandó a imprimir unos formularios prometiendo que quien llenara los datos, principalmente la cédula que garantizaba que iba a votar en el censo electoral de la ciudad, tendría vivienda digna.
Eso fue el machete del año, se agolpaban en sus sedes para hacerse al mentado formulario, el cual creían garantía de la casa soñada e inalcanzable.
Y claro, como era obvio, ganó en estas elecciones. Se posesionó en 2016, pasó el tiempo, no cumplió con la promesa de vivienda y, lo peor, ni siquiera pudo culminar su mandato porque ya estaba separado del cargo por orden judicial.
Dicharachero, chabacano, elocuente y de discurso lleno de mil palabras, pero reflejo de una ignorancia supina y con el cual seduce incautos.
Es una fórmula sencilla pero basada en un principio de la técnica propagandística del secretario de prensa de Adolf Hitler, Joseph Goebbels: repetir una mentira mil veces la convertirá en verdad, basada en la ilusión de verdad y la sencillez o fluidez del procesamiento, es decir algo fácil de apropiar.
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