Falta de agua en Yopal, ¿culpa del invierno o de una obra mal hecha…?

Tras 12 años del colapso de la planta de agua potable de Yopal y más de $90 mil millones gastados, volvimos a los carrotanques, los pozos profundos y las plantas modulares. Como al principio. Que el invierno, dice el gerente de la EAAAY pero la trazabilidad indica que obras necesarias para evitar estas afectaciones como la infiltración ribereña o una adecuada bocatoma, no se hicieron.
Esta semana se interrumpió nuevamente el servicio de agua potable en las casas de Yopal, e inicialmente el gerente de la empresa de servicios públicos, Jairo Bossuet Pérez Barrera, afirmó mediante un comunicado que era por culpa del fuerte invierno que arrastraba lodos y palos a la bocatoma de la nueva y definitiva planta de potabilización.
De definitiva tiene poco. Y durante el acto de inauguración de la mentada infraestructura tímidamente se mencionaron eventuales fallas, tal vez para no dañar el show, y se limitaron a posar para las fotos, las consecuencias se verían después.
Eso fue a finales de febrero de 2022. A mediados de junio, se presentó la primera obstrucción de la bocatoma y, en consecuencia, la suspensión del agua suministrada desde allí. Y lo mismo, silencio total.
Cuando los medios periodísticos www.casanarehoy.com.co y www.marthacifuentes.com hicieron evidentes las pruebas, el gerente Pérez barrera desestimó con sorna la información divulgada (en comentarios a otros periodistas).
Unos meses después volvió a ocurrir, y tampoco quisieron decir mucho al respecto. Solo cuando la periodista Martha Cabezas, en entrevista radial le inquirió, Pérez Barrera por fin hizo una declaración al respecto. Tardía pero reveladora: “en el acta de recibo hicimos la salvedad de que no recibimos la bocatoma porque tiene graves fallas”.
Planta mocha
En principio, el diseño de la planta contemplaba un sistema de infiltración ribereña, que no es de poca monta. Allí era donde debía apaciguarse el ímpetu de las aguas para que ya calmadas y más limpias ingresaran a la bocatoma. Sin embargo, Findeter mochó el proyecto y dijo que no era necesario.
A pesar de los reclamos del alcalde de la época, Leonardo Puentes, y de los veedores ciudadanos y periodistas, se hizo caso omiso y se eliminó de un dedazo la infiltración ribereña.
Por su parte el Fondo de Adaptación minimizó en su momento los problemas que se presentaban, afirmando que “Se trata de una condición normal en todos los sistemas de acueducto con captación de fuente superficial, por lo tanto, no es una falla ni de diseño ni de construcción de la planta.”
La “mágica solución” del gerente: volver al pasado
Y aunque Jairo Bossuet Pérez mismo dice que la solución es hacer un canal que permita el retorno del agua al río y con ella los escombros, se decidió por la más fácil: obtener un crédito más por $1.200 millones para conectar mediante bypass el agua que viene de la quebrada La Tablona, como antes, a las dos plantas modulares, aquellas que se construyeron tras la caída en plena pre inauguración de las que adelantó la administración del alcalde Wilman Celemín.
Y fácil, cuando toque parar la definitiva por colmatación de la bocatoma, se empalmarán las modulares con La Tablona. Solo que entre una y otra operación, parada y arranque, transcurrirán muchas horas teniendo en cuenta que se deben hacer las maniobras pero también volver a ganar presiones en las tuberías.
Que no cunda el pánico
Entre tanto para el gerente, en su pasmosa tranquilidad acostumbrada, no hay motivos de alarma. Considera normal la situación y argumenta que para eso está el sistema alterno operando, es decir dos pozos profundos y carrotanques para llenar baldes.
Habla del éxito, como cuando el tuerto asegura que en el mundo de los ciegos el tuerto es rey.
Y siguen trabajando en la limpieza de la moderna planta definitiva para volver allí, porque lo del bypass de La Tablona se demora, y bastante.
Desde ese punto de vista, nos hubiéramos ahorrado muchos dolores de cabeza y recursos económicos si no hubiéramos construida la PTAP definitiva.
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