¿Por qué Yopal se une al mural Las cuchas tienen razón?

El hallazgo en La Escombrera y la indignación nacional
La indignación y protesta nacional se intensificaron luego de que los primeros restos humanos en La Escombrera de Medellín fueran hallados el 18 de diciembre de 2024, tras 22 años de búsqueda. Estos restos pertenecen a personas desaparecidas entre 2002 y 2003, víctimas de desaparición forzada en el contexto del conflicto armado en la Comuna 13, principalmente durante la Operación Orión* (más información sobre esta operación al final del artículo).
La Unidad de Búsqueda y la JEP encontraron dos nuevos cuerpos en La Escombrera
El mural en Medellín y su impacto
En respuesta a estos hallazgos, ciudadanos en Medellín realizaron un mural en una glorieta de la ciudad entre el 11 y 12 de enero de 2025. Esta intervención artística se llevó a cabo en un territorio que vivió directamente las consecuencias de la Operación Orión y que actualmente es gobernado por el ex candidato presidencial Federico Gutiérrez. El mural fue eliminado por las autoridades locales, pero colectivos artísticos y ciudadanos lo recuperaron y repintaron el 14 de enero del mismo año, reafirmando su compromiso con la memoria y la verdad.

Este acto de resistencia marcó el inicio de una ola de murales en diferentes ciudades del país, como una expresión de apoyo contra la censura.
Yopal se une al movimiento
Yopal no fue la excepción. El 17 de enero de 2025, en el SkatePark de la ciudad, la artista Carolina Cárdenas y Alejandro Hernández pintaron un mural con la frase «Las cuchas tienen razón. #ÉlDioLaOrden». La obra generó una amplia reacción en redes sociales y medios locales. Sin embargo, el 28 de enero, un grupo de exmilitares, según reportó el medio local La Reportería, censuró el mural argumentando que promovía «odio».
Censura y respuesta de la comunidad
La eliminación del mural generó indignación en la comunidad, lo que llevó a la convocatoria de un nuevo mural el 31 de enero de 2025. Este episodio se enmarca en una historia de abusos documentados por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que ha reconocido a Casanare dentro del macro-caso #3, donde se han investigado crímenes de violencia estatal en la región. Según la JEP, estos crímenes incluyen desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, comúnmente conocidas como «falsos positivos». Más información se puede consultar en la página web de la JEP: https://www.jep.gov.co/macrocasos/caso03.html.
Contexto de violencia en Casanare
Las violaciones a los derechos humanos en Casanare han estado ligadas a intereses económicos y disputas territoriales entre actores armados, con una fuerte presencia paramilitar en las últimas décadas. En el pasado, las Autodefensas Campesinas de Casanare (ACC) llegaron a enfrentarse con el Bloque Centauros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) entre 2003 y 2004, generando una escalada de violencia en la región. Estas dinámicas han dejado huellas profundas en la memoria colectiva y continúan teniendo repercusiones en la actualidad. Más información sobre este periodo de la historia casanareña puede encontrarse en: https://rutasdelconflicto.com/especiales/casanare_desaparecidos/.
El arte como resistencia y memoria
Las nuevas generaciones y colectivos ciudadanos han encontrado en el arte una forma de resistencia ante las secuelas de la violencia en el país. En Yopal, esta expresión no solo representa un acto simbólico, sino una forma de recordar que los conflictos por razones de género, etnia, subculturas como el punk y el metal, conflictos de propiedad y la defensa de intereses económicos continúan afectando a las comunidades. Sin la participación activa de la ciudadanía, hechos como estos podrían quedar en el olvido, al igual que la Cátedra de Historia eliminada en el pasado del sistema educativo. La memoria colectiva y sus expresiones son fundamentales para evidenciar y reafirmar la importancia de los derechos humanos en Colombia.
Operación Orión: contexto final
La Operación Orión, llevada a cabo en octubre de 2002 en la Comuna 13 de Medellín, fue una de las intervenciones militares más violentas en zonas urbanas durante el conflicto armado en Colombia. Bajo el argumento de recuperar el control del territorio, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez desplegó un operativo en el que participaron el Ejército, la Policía y el DAS, con apoyo de grupos paramilitares, para expulsar a las milicias guerrilleras que operaban en la zona. Durante los enfrentamientos, decenas de civiles resultaron muertos o heridos, y se registraron múltiples casos de desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas, con un alto costo para la población.
Posteriormente, investigaciones y testimonios revelaron que muchos de los desaparecidos fueron llevados a La Escombrera, un botadero de escombros donde se presume que fueron enterrados clandestinamente. A pesar de los intentos de las víctimas por recuperar los cuerpos de sus familiares, solo hasta diciembre de 2024 se confirmaron los primeros hallazgos, validando años de denuncias sobre la responsabilidad del Estado y el papel de los paramilitares en los crímenes cometidos durante la operación. La Operación Orión no solo dejó una huella de dolor en Medellín, sino que se convirtió en un símbolo del uso desproporcionado de la fuerza y la impunidad que ha marcado la historia del país.
Fuente: Comisión de la Verdad