22 casas quemadas, pero la Esperanza sigue en pie: Así respondió Yopal a la tragedia
Un violento pleito entre Luis Carlos Morales y su pareja terminó en tragedia a la media noche del sábado 22 de marzo, cuando el hombre, en un acto de ira, prendió fuego a su vivienda en el asentamiento humano Mi Nueva Esperanza. En minutos las llamas devoraron 17 casas más, dejando a 22 familias damnificadas y un barrio entero en shock.
El Cuerpo de Bomberos de Yopal logró controlar el incendio, pero el daño ya estaba hecho: colchones, ollas y recuerdos quedaron reducidos a humo.
Mi Nueva Esperanza inició en 2012 como invasión en predios privados en la ronda del Caño Usivar en Yopal con cerca de 500 familias y desde ese año el Estado ha sido incapaz de solucionar la situación.
Solidaridad a la llanera Mientras las autoridades investigan el caso como violencia intrafamiliar, Yopal respondió con ayuda inmediata: 265 láminas de zinc, 56 mercados y kits de aseo llegaron desde el domingo.
La campaña ‘Renace La Esperanza’ se activó para recibir donaciones de cocinas, martillos y hasta abrazos. «Necesitamos polisombra y herramientas para reconstruir», pidió la Gestora Social Diana Soler, mientras servía almuerzos comunitarios entre escombros.
Psicólogos y volquetas al rescate Este martes 26 de marzo, la ESE Salud Yopal llevará atención psicológica a las víctimas, muchas aun temblando por el susto. Dos volquetas trabajan sin parar para limpiar los terrenos, mientras la Gobernación promete agilizar materiales. «Esto no se arregla solo con zinc, sino con unidad», dijo un vecino entre lágrimas.
La emergencia ha movilizado de manera oportuna un trabajo conjunto liderado por el Gobernador César Ortiz Zorro, su oficina de Gestión del Riesgo, la Alcaldía Municipal, organismos de socorro, Fuerza Pública, la Asamblea, el Concejo Municipal, Acción Social, entre otros.
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