Familia de Aguazul habría fallecido por envenenamiento accidental con químicos, según la Policía. Se desvanece hipótesis de homicidio y suicidio.
El coronel Giovanni Barrero, comandante de la Policía en Casanare, reveló a www.marthaCifuentes.com que la tragedia en la vereda Las Atalayas se habría originado por inhalación o contacto con fertilizantes y pesticidas almacenados cerca de la habitación donde dormía la familia.

Una tragedia que empieza a esclarecerse
A cinco días del hallazgo que conmocionó a Casanare, empiezan a conocerse los primeros elementos conclusivos en torno a la muerte de los cuatro integrantes de la familia Estrada Samacá, encontrados sin vida el pasado viernes 27 de junio en la finca La Colombiana, zona rural del municipio de Aguazul.
El comandante de la Policía en Casanare, coronel Giovanni Barrero Unigarro, confirmó en entrevista con MarthaCifuentes.com que las muertes obedecerían a un envenenamiento accidental causado por la exposición a químicos, fertilizantes o pesticidas almacenados en un cuarto contiguo al dormitorio donde dormían las víctimas.

Condiciones precarias y letales
La vivienda, construida en adobe y con poca ventilación, habría facilitado la concentración de gases o vapores tóxicos. Según informó el coronel Barrero, la habitación era muy cerrada y no contaba con sistemas adecuados de aireación, lo que pudo potenciar el efecto nocivo de los productos químicos almacenados a escasos metros del lugar donde dormía la familia.
La disposición de los cuerpos también aporta elementos a la hipótesis accidental. La madre, Andrea Alejandra Samacá Rodríguez (24 años), y su hija Evelyn Dayana (5 años), fueron encontradas sobre la cama; el niño Damián Alejandro (2 años), estaba en un chinchorro; y el padre, Rafael Estrada Granados (46 años), yacía en el suelo, cerca de la cama, lo que sugiere que intentó levantarse, pero su cuerpo colapsó antes de poder salir del espacio contaminado.
No habría sido suicidio, feminicidio o violencia intrafamiliar
Con esta nueva información, perderían fuerza las hipótesis iniciales que circularon en medios y redes, entre ellas una supuesta autodeterminación colectiva o un posible caso de feminicidio-parricidio.
Aunque los exámenes toxicológicos de Medicina Legal aún están en curso, los hallazgos técnicos y los indicios en la escena refuerzan la tesis de un envenenamiento ambiental accidental por productos usados en actividades agrícolas, manipulados o almacenados sin precauciones adecuadas.
Lecciones dolorosas en el campo casanareño
La tragedia de la familia Estrada Samacá no solo deja una estela de dolor en Hato Corozal y Aguazul, sino también un llamado urgente a revisar las condiciones de habitabilidad en las fincas del departamento, donde el uso de agroquímicos sigue siendo común y, en muchos casos, almacenado sin protocolos mínimos de bioseguridad.
Autoridades locales y cuerpos de socorro reiteran la necesidad de educar a las comunidades rurales sobre el manejo seguro de fertilizantes, pesticidas e insumos tóxicos, especialmente cuando se habita en viviendas con estructuras frágiles y sin ventilación.
La familia Estrada Samacá fue sepultada el domingo 29 de junio en la vereda Rosa Blanca de Hato Corozal. La comunidad aún se encuentra en duelo.











